Una mujer con ADN franciscano, capaz de salir al encuentro de cada persona desde la paciencia y la calma, desde el escuchar con los oídos del corazón.
Mar es incansable a la hora de plantear nuevas posibilidades de avanzar en el camino, tenaz frente a las tempestades que se presentan en lo cotidiano y sensible cuando es necesario tocar el corazón con su gesto y su mirada, siempre con una sonrisa abierta para continuar.
Movida por sus profundas convicciones va abriendo un camino propio y original que es una invitación constante a no quedarnos estancados ni parados. Y así, sumando las ilusiones y las ganas de hacer camino de unos cuantos, se comienza a trabajar la interioridad en el colegio Rey Pastor.
Mar, ¿de dónde nace este proyecto? ¿Cómo llegan a concretarse esos primeros pasos? Si una echa la vista atrás desde el momento presente cuesta un poco recordar aquellos titubeantes primeros pasitos…
Desde luego cuando comienza la experiencia con los peques no existe la pretensión de llegar hasta donde hemos llegado. Por mi parte, solo quería ofrecer a mis niños un espacio de silencio donde parar un instante, respirar y darnos cuenta de todo lo que se nos regala cada día. Quería crear un clima de armonía en el que juntos pudiéramos crecer personalmente y como grupo. Es con la llegada de Javi Morala al equipo de pastoral del colegio que se empieza a concretar la apuesta por este camino. Se consolidan los “Momentos Mágicos” en los que los peques de Infantil y primer ciclo de Primaria viven sencillas experiencias de interioridad acompañados por alumnos de 4º de ESO y padres. Luego vendrá un fin de semana de formación con Mario Piera para todo el claustro, que deja sembrada una semilla que ya no va a parar de crecer.
Tengo entendido que en este momento la interioridad en el colegio Rey Pastor alcanza ya a todos los alumnos y profesores, ¿esto es así? ¿cómo se ha conseguido? Pues sí, ahí estamos, intentando, dejándonos sorprender, en definitiva haciendo camino.
Para mí lo decisivo ha sido que desde el Equipo de Titularidad de los colegios capuchinos de España se invitara a todos los centros educativos a desarrollar el proyecto Lebab que es una propuesta de interioridad desde 1º de Educación Infantil hasta Bachillerato y Ciclos. El Equipo Directivo de Rey Pastor hace, desde el primer momento, una apuesta firme por este proyecto y designa a tres personas, una por etapa, para recibir la formación que luego se hará extensiva a todo el claustro. Creo que ha sido un acierto que parte de esa formación pasara por vivir personalmente lo que después se iba a proponer a los alumnos. Que nos diéramos la oportunidad los profesores de incluir en nuestras vidas momentos de pausa y de reflexión. También ha sido muy positivo el acompañamiento a los profesores en sus primeras experiencias con alumnos.
Mar, hablemos brevemente de cuál ha sido tu aportación a esta bonita aventura que estáis viviendo en el colegio. Para mí es un honor haber contribuido al proyecto Lebab con la parte que corresponde a Infantil y que se recoge en el libro “En mi jardín interior” publicado hace tres años.
He disfrutado y he puesto mi granito de arena en la formación a los colegios capuchinos junto a Javi Morala y Mario Piera, de los que nunca dejaré de aprender. Y también en la formación a mis compañeros de Infantil que me lo han puesto realmente fácil con su entusiasmo y sus ganas de seguir adelante.
Finalmente agradezco a José Antonio, director del colegio, que me incluyera en el proyecto PIN.0 donde la interioridad es un pilar fundamental en convergencia con los otros pilares que sustentan el trabajo en valores del colegio.
La interioridad está de moda. Lo vemos en publicaciones, cursos, conferencias. Algunos miran con escepticismo el empeño en educar en la interioridad, que se llevaría a cabo en detrimento de una educación en la fe. ¿Tú qué opinas al respecto? Yo no veo que la interioridad vaya en detrimento de la fe, al contrario. Hay numerosas propuestas no creyentes que tienen que ver con esa mirada al interior desde la meditación, el silencio, la conciencia corporal, que creo que hacen su aportación en este vertiginoso mundo nuestro. Pero la propuesta que vivimos en el colegio es expresamente creyente. El trabajo en interioridad busca el acceso a lo más íntimo y auténtico de cada uno donde podemos encontrarnos con Quién vive en nosotros. Es en ese precioso jardín que todos poseemos donde podemos cultivar todo lo bueno que tenemos, acompañados por el único que puede estar ahí, Dios.
Para terminar, si te parece, te propongo que nos regales unas palabras que aparecen en el epílogo de tu libro y que pueden ser aliento para otros que quieran sumarse a este camino de la interioridad.
“Te invito a un viaje en busca de la vida que se esconde en el momento presente, en busca de las preguntas últimas de la vida, en busca de sentido, en busca de Aquel que habita en tu interior. Para hacer este viaje no olvides abrir tu corazón a nuevas posibilidades, aprende a amar el tiempo de los intentos, deja de lado las prisas y confía en que lo mejor de cada ser está dentro de él esperando a ser descubierto. Y no tengas miedo, Él va contigo…”