Hilario es el fraile capuchino que nos acompaña, anima y fortalece en el colegio Rey Pastor de Logroño. Nació en 6 de enero del 1955 en Villandiego (Burgos) y él, que había pasado toda su vida de fraile entre Madrid y Gijón, nos ha comentado alguna vez que cuando la provincia capuchina fue unificada, pensando en las nuevas posibilidades de próximos destinos, se le pasó por la cabeza que Logroño podía ser un destino atractivo. No conocía apenas nada, pero le daba la sensación de que aquella ciudad le resultaba sugerente. Ironías del destino, voluntad de los superiores o criterios pastorales… lo cierto es que acabó en nuestra ciudad.
¿Cómo fue tu llegada a nuestra ciudad?
Como se dice en la introducción a la entrevista, después de la unificación de cuatro de las cinco provincias capuchinas de España, la posibilidad de venir a la Fraternidad de Logroño, podía ser real. En el tercer Capítulo Provincial, desde el Equipo Provincial, se me hace la propuesta de formar parte de la Fraternidad de Logroño, con un proyecto concreto para llevar a cabo los que formamos dicha Fraternidad. A principios de septiembre de 2017, me incorporo a la Fraternidad.
¿Qué responsabilidades tienes en la fraternidad?
En la Fraternidad decidimos que fuera el guardián de la misma. Además, coordino la Pastoral de la Salud, soy el Asistente de la OFS de Logroño y Nájera. También confesor de las Hnas. Concepcionistas y Capellán de la cárcel de Logroño. Por último, formo parte de la Pastoral del colegio Rey Pastor y del grupo de matrimonios de la parroquia.
¿Cómo te recibió el colegio?
Desde el principio me he sentido muy a gusto; el recibimiento, aunque no me conocían apenas (vine en dos ocasiones con motivo de la visita del Equipo de Titularidad al Colegio) ha sido exquisito. Tengo que reconocer que, a los frailes, en general, nos tienen mucho cariño.
¿Cuál es tu función en nuestro centro?
Al formar parte del proyecto de valores en convergencia PIN.0, en donde se encuentra englobada la Pastoral, mi labor consiste en participar en las reuniones de los viernes, desde donde se coordina toda la actividad: se prepara todo lo referente a celebraciones, oraciones, convivencias.
En los momentos fuertes de la vida cristiana, presido las celebraciones con los niños y adolescentes (primaria y secundaria) de Adviento y Cuaresma, sobre todo. También acompaño a un grupo de profesores creyentes del colegio “Grupos de Jesús”, donde reflexionamos una vez al mes sobre el evangelio y la posibilidad de vivir sus valores en lo personal y en el colegio.
¿Sientes tu vocación reflejada en el ambiente escolar?
Como mi tarea no es lo propiamente curricular o de dar clases, sino la Pastoral, me siento a gusto en esta tarea y por lo tanto, realizado en mi vocación franciscano-capuchina. Lo fundamental de nuestra vida es hacer realidad el Evangelio de Jesús, su mensaje liberador, o lo que es lo mismo, hacer vida el Proyecto del Padre: un mundo más justo, fraterno y solidario, en el ámbito del Colegio, de las familias, de la parroquia. Todo ello, teniendo como principal guía a Francisco y Clara de Asís.
¿Qué está aportando el carisma franciscano en nuestros centros?
Los colegios son lugares de pobreza; pobreza material, cultural, afectiva, espiritual… y la Pobreza es uno de nuestros espacios preferentes. Los capuchinos aportamos un servicio social a la cultura y un estilo de vida a nuestros profesores y alumnos de acuerdo con los valores del evangelio al estilo de Francisco y Clara de Asís. Percibo que este mensaje es apreciado y valorado por alumnos y familias; nos eligen porque se sienten cómodos y agradecidos con nuestro estilo educativo y la forma en la que trabajamos la educación en valores en completa sintonía con nuestra parroquia.
Trabajas mano a mano con seglares, tú eres el único fraile en el colegio ¿cómo valoras este trabajo de colaboración?
Hay un trabajo común en el Consejo escolar, en el proyecto PIN.0, en los grupos de Jesús, en las convivencias y celebraciones…. El mundo franciscano es plural desde su origen, lo llevamos en el ADN fundacional; es nuestro carisma compartido. El trabajo lo valoro muy positivo. En la mayoría del personal del colegio, se respira franciscanismo. Por este motivo, es muy fácil conectar con las personas y trabajar el ámbito religioso de la vida sin desvincularlo del día a día. Experimento relaciones fraternas muy positivas con los seglares que trabajo y me siento muy afortunado de colaborar con ellos.
¿Qué es lo que más te ha sorprendido del estilo pastoral y educativo del colegio “Rey pastor”?
El trabajo en VALORES. Me explico: lo central de la vivencia cristiana no es lo normativo, doctrinal, obligaciones, cumplimientos… Se intenta trabajar en la línea que nos plantea Jesús en el Evangelio, donde lo principal es la PERSONA, su dignidad, el respeto, la minoridad…
¿Qué te aporta estar en nuestro colegio?
Una oportunidad de seguir viviendo mi vocación en plenitud, una posibilidad de compartir mi persona y una forma de aportar la sencillez y disponibilidad de nuestro carisma al servicio de los demás.
Gracias Hilario por el regalo que has supuesto en nuestro colegio, por todo lo que nos aportas todos los días. Agradecemos tu presencia y tu colaboración. Muchas gracias.