El curso pasado los colegios capuchinos de España trabajamos con entusiasmo el lema “Cuidemos la casa” que focalizaba el tema del curso en el entorno de la ecología integral.
Desde el ámbito de las ciencias ambientales, sociales y políticas vamos aceptando, no sin resistencias, las consecuencias devastadoras del cambio climático y cada vez somos más conscientes de la necesidad de abordar las causas que lo provocan hasta llegar a entender esta lucha casi como un acto de supervivencia de la especie humana.
Desde la perspectiva cristiano-franciscana compartimos con el resto de la humanidad la preocupación ambiental y nos implicamos en el compromiso con todas las personas, organizaciones e iniciativas que trabajan en este campo, pero nuestras raíces, nuestra concepción y nuestra forma de entender la relación con la naturaleza no son las mismas.
Ya desde el relato mítico de la creación en el Génesis queda claro su origen divino y la bondad de un Dios que inunda todo lo creado “Y vio Dios que era bueno” y la responsabilidad y el cuidado que el ser humano tiene “a imagen de Dios”.
Todo este preámbulo, trata de justificar la ineludible tarea que como colegios franciscanos tenemos en este campo, herederos de un carisma que muestra la relación de fraternidad universal que existe entre todo lo creado. La ecología integral es una de las grandes aportaciones que podemos ofrecer a nuestros alumnos y sus familias.
Francisco de Asís tuvo la sorprendente y genial intuición de descubrir en un acto de sensibilidad sublime que había una relación con la naturaleza que además de ser utilitaria, trascendía en un vínculo común. Si Dios era creador, toda la creación tenía una relación de fraternidad. La contemplación le llevó a la conclusión de la hermandad con la luna, el agua, el fuego, el sol, el lobo… y fundamentalmente con las personas. Aunque hay claridad en el objetivo, existe una dificultad en cómo la escuela es capaz de llevar este valor a su proyecto educativo y, sobre todo, cómo hacerlo realidad entre las programaciones, contenidos y estándares de aprendizaje. Esto constituye un gran desafío.
Cuando nos iniciamos en este campo, lo hacíamos de una forma aislada, relacionada con campañas y actividades concretas con una dinámica “paracaidista” que llegaba y se marchaba sin dejar una huella consistente.
Todos nuestros valores troncales (pastoral, interioridad, emocional y ecojusticia) tienen que trascender al ámbito de la tutoría e incardinarse en el ámbito de las áreas. Solo así la labor será colectiva y abarcará a todas las personas y a todos los ámbitos de nuestro colegio.
Aunque todavía los pasos son limitados, el camino parece prometedor y poco a poco va calando en el profesorado con más intensidad la idea de que para que la enseñanza sea integral, debe compaginar la necesaria formación e instrucción de contenidos del área con la también ineludible necesidad de vincularla con los valores del proyecto educativo.
Nuestro proyecto genera varios objetivos:
Introducir la educación ambiental dentro del centro en las diferentes etapas para que los distintos profesores desde sus áreas introduzcan la parte ambiental como una parte sustancial de su docencia.
Generar un proyecto de ecología basado en la justicia social, fomentando el concepto de la ecología integral en sus cinco dimensiones: la ecología ambiental, económica, social, cultural y humana.
De esta forma realizamos diferentes actividades. Entre ellas una de las más importantes es la realización de un reto mensual ambiental donde podamos profundizar en diferentes problemáticas derivadas de la crisis climática.
Así cada mes dedicamos de modo temático toda nuestra atención y actividades a los siguientes temas: planeta de plástico, al agua, consumo responsable, eco-navidad, la contaminación, el cambio climático, un planeta verde y la eco-justicia.
El proyecto ha generado gran satisfacción entre la comunidad educativa y por eso no vamos a parar, sino que nos va a servir como estímulo para continuar este año con más retos y muchas más propuestas. Este curso enlazando la ecojusticia con nuestro lema “Hermanados”. Son muchos los problemas ambientales y por eso este curso trataremos los diferentes aspectos de la justicia social con nuevos retos como el movimiento asociativo juvenil, los desastres climáticos que asolan el planeta, estaremos atentos a la próxima cumbre COP 26, trataremos las fuentes de energía renovables, la Navidad desde un aspecto solidario y ecológico, el movimiento católico mundial, así como la alimentación sostenible. Vamos haciendo realidad el proyecto de la eco-justicia impulsado desde Pin.0, infiltrando la ecología y la justicia social dentro nuestro proyecto educativo, y tratando de implicar en él a toda la comunidad educativa.
Equipo Pin.0 - Logroño