El pasado curso escolar, a raíz de la publicación del Real Decreto 901/2020, de 13 de octubre, por el que se regulan los planes de igualdad y su registro, nuestro Centro procedió a la elaboración y aplicación de un Plan de Igualdad, con la finalidad de definir unos objetivos que puedan remover los obstáculos que pudieran impedir o dificultar el principio de igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Las fases iniciales se denominan “Compromiso” y “Constitución de la Comisión Negociadora de Igualdad”, y en ellas consta por escrito el compromiso del Centro y se forma un equipo de trabajo paritario, en nuestro caso de tres representantes de la empresa y tres personas de la representación de la plantilla. La siguiente fase se llama “Diagnóstico” y es donde se realiza un análisis en detalle de la situación real del Centro con anterioridad a la realización del Plan. A continuación, las fases “Programación” e “Implantación” hacen referencia a los objetivos que persigue el Plan y a la realización y ejecución de las medidas incluidas. Por último, la fase “Seguimiento y Evaluación” tiene la finalidad de comprobar si se van realizando avances en materia de igualdad en el Centro.
El Plan es aplicable a toda la plantilla y tiene una vigencia de cuatro cursos escolares. Las conclusiones del diagnóstico han demostrado que no existe desigualdad en ninguno de los ámbitos destacados, por lo que los objetivos que se plantean tienen la necesidad de continuar garantizando estas conclusiones positivas en los diferentes ámbitos: el acceso al empleo, las condiciones salariales y la promoción en el trabajo, la formación, información y sensibilización, la representatividad, la ordenación de tiempo de trabajo, la salud laboral, prevención de acoso y violencia de género y la comunicación interna y lenguaje inclusivo.
Como aspecto de mejora, se propone la realización de una formación inicial para toda la plantilla que ya estamos llevando a cabo, con el objetivo de sensibilizar sobre el tema, ya que no se había organizado ningún curso de formación específico en materia de igualdad con anterioridad. Como estamos viendo en estos cursos de formación, somos profesionales agentes de cambio, educando miradas hacia la coeducación para que nuestro alumnado crezca en respeto y dignidad. Somos referentes de cuidado y buen trato y nos encontramos en un entorno en el que aprender a cuidar los espacios y a las personas abre camino hacia la igualdad.
En relación con nuestro alumnado, desde el año 2013 venimos realizando en nuestro Centro unos talleres en los que se trabajan los contenidos de igualdad de trato y de oportunidades y prevención de la violencia de género. A pesar de la novedad jurídica de implantar el Plan de Igualdad en el Centro, el concepto de igualdad no es algo novedoso para nuestra comunidad. El carácter propio de los centros educativos de los Hermanos Menores Capuchinos de la Provincia de España ya recoge como una característica de la fraternidad franciscana, dentro de sus principios organizativos, “fomentar las relaciones multidireccionales que favorezcan la igualdad en el trato, la confianza mutua y la colaboración grupal”. Por lo tanto, podemos afirmar que El Plan de Igualdad es algo intrínseco por el propio espíritu franciscano. En la vida de Francisco y Clara hay un deseo profundo de ser hermanos que se refleja en una vocación de vivir en igualdad fraternal desde las entrañas. Francisco y Clara viven juntos a Dios, pero ambos acogen su ser y lo hacen realidad dejando huella en el carisma franciscano. Para comprender el carisma y la misión de Santa Clara, hay que aproximarse a la relación humana, espiritual y carismática que la vinculó con San Francisco. Autores como Uribe Escobar estudian esta fraternidad como actitud de vida en las relaciones humanas y consideran que la igualdad puede ser una característica de la fraternidad.
El Papa Francisco también recoge los términos de fraternidad e igualdad en sus escritos.
Su carta encíclica sobre la fraternidad y la amistad social comienza con las palabras “Fratelli Tutti” (Hermanos Todos) para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. Invita a un amor que va más allá del lugar y del tiempo, es decir, una fraternidad abierta donde se pueda reconocer, valorar y amar a cada persona. La fraternidad ofrece a la libertad y a la igualdad una riqueza orientada sobre todo al amor. Para el Papa Francisco la igualdad es el resultado del cultivo pedagógico de la fraternidad, según expresa en dicha obra. En uno de sus apartados nos muestra la importancia de cultivar la fraternidad conscientemente de manera que la libertad no se enflaquezca. Al Papa Francisco le inspiró San Francisco, como santo del amor fraterno, a escribir otra de sus cartas encíclicas “Laudato si” sobre el cuidado de la casa común. El Papa se inspira en este cántico de las criaturas para recordar que nuestra casa común es como una hermana, la Hermana Tierra, la cual nos sustenta.
Para finalizar, en palabras del Papa Francisco, “la fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos - iguales por su misericordia -, el creyente está llamado a expresar esta fraternidad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas, especialmente las más necesitadas y pobres”.
María Inmaculada Orenes Luján y José Manuel Arenas Bódalo. Docentes del Colegio San Buenaventura, Capuchinos. Murcia.