El pasado lunes, 24 de Octubre, los miembros del equipo “Los Curí” acompañados de su profesora responsable: Isabel del Hoyo y el director general del colegio, Luis Viguera, acudíamos a Madrid, al Ministerio de Consumo. Lo hacíamos para recoger de manos del ministro, Alberto Garzón, el premio Nacional CONSUMOPOLIS sobre buenas prácticas en consumo. El lema del concurso había sido: “Dale al me gusta al consumo circular y responsable”. Reproducimos el discurso que el grupo expuso en la recepción del premio:
Cuidar del planeta es uno de los temas que se incluye en nuestra educación desde que estábamos en preescolar. Conocer pequeños gestos que ayudarían a evitar el cambio climático es lo que hemos intentado con nuestro trabajo. Desde la revolución industrial, hemos seguido una economía lineal ¿Qué quiere decir esto? La llamada economía lineal consiste en extraer materias primas o recursos naturales para luego utilizarla en desarrollar los productos que deseamos conseguir. Tanto el material con el que construimos los objetos como los productos obtenidos son eliminados al final de su ciclo de vida. ¿Qué sucede? Pues que estos productos tienen muy poca duración con lo que se genera un gran volumen de residuos.
Esta sobreproducción hace que se generen muchos problemas para el medio ambiente. Necesitas más materia prima, materia prima que no son renovables y que estamos agotando, causando problemas como la deforestación de bosques y la destrucción de ecosistemas. Por otro lado, para la producción de estos productos, vamos a utilizar una energía muy contaminante, añadiendo contaminación al ecosistema, al igual que la que genera la red de transportes necesaria para la distribución de todo este exceso de consumo.
Y ahí, aparecemos nosotros, aportando nuestro granito de arena, comprando todo lo que aparece en el mercado y desechando lo que todavía no hemos estropeado pero que ya ha dejado de ser lo más “guay”. No queremos que el daño que sufre el ecosistema sea irreparable, lo que necesitaremos es un nuevo modelo de economía, la economía circular. Y aquí hemos querido dar nuestra propia definición, nuestras tres R: “RECUPERA, RESUCITA, RENACE”, que simboliza más o menos lo que ocurre cuando utilizamos el sistema de la economía circular. Recuperamos el producto antes de tirarlos, lo resucitamos, le volvemos a dar vida a algo que puede parecer que ya es inservible y lo transformamos en otro, haciéndolo renacer y dándole una nueva oportunidad.
Aprendiendo a hacer un buen reciclado de los productos, el siguiente paso es conseguir que estos residuos sean la materia prima para fabricar otros productos. Aquí es donde son importantes esos pequeños gestos que nos van a ayudar a evitar el cambio climático cuyas consecuencias ya estamos padeciendo. Un buen reciclado, que todavía no se ha conseguido de un modo eficiente, es nuestra labor, para que luego las grandes empresas puedan reutilizarlos.
Esta ayuda, junto con un nuevo estilo de vida, en el que demos más vida a nuestros bienes, vendiéndolos y alquilándolos; acostumbrarnos a comprar en tiendas de segunda mano y reparando nuestras cosas para utilizarlas durante más tiempo.
Las industrias deben reinventarse y mantenerse productivas al mismo tiempo que cuidan el medio ambiente. Debe ser responsable y diseñar productos que sean más fáciles de mantener, reparar, reciclar… No debemos olvidarnos del agua, como bien indispensable, ya que corremos el riesgo de que se agote. En determinadas zonas, vamos viendo como el cambio climático está causando sequías. Se debe fomentar una gestión de los drenajes fluviales, una reutilización del agua, para no encontrarnos con un problema que sería tendría difícil solución.
Nos sentimos agradecidos como colegio con el premio conseguido y aunque a veces el trabajo no sea tan reconocido, seguimos trabajando por el cuidado y conservación de este hermoso planeta, nuestra casa común, que nos acoge y nos sustenta.
Colegio Rey Pastor.
Capuchinos de Logroño