La magia de pintar en grupo:
El cántico de las criaturas de San Francisco de Asís como inspiración artística y comunitaria
Durante el curso escolar 2023-2024, en nuestras clases de arte de tercero de educación primaria, tuvimos la maravillosa oportunidad de crear un mural inspirado en el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, haciendo paralelamente homenaje al lema del curso escolar “Cantando la vida”, acompañados y guiados por su profesora Elena Piñar, maestra de educación primaria y licenciada en bellas artes, la cual diseñó el dibujo que sería plasmado a posteriori en los muros del patio escolar. Esta experiencia fue mucho más que un simple ejercicio artístico: se transformó en un proceso de conexión, colaboración y aprendizaje profundo, tanto a nivel artístico como humano. A lo largo de este artículo, quiero resaltar la importancia de pintar en grupo y los beneficios que esta actividad trae a los alumnos, vinculando esta experiencia con las ideas de armonía y fraternidad universal que San Francisco de Asís defendía en su cántico.
Admiración hacia la Creación de Dios: fuente de inspiración
La grandeza de Dios se hace patente desde lo más pequeño creado a lo más infinitamente inmenso. A través de San Francisco de Asís habló de la Creación por medio del Cántico de las Criaturas el cual fue compuesto en torno al año 1225, solamente dos años antes de su muerte, que tuvo lugar en 1226. Este bello poema que a la vez es oración expresa el amor por la creación como amor por Dios. En cada frase San Francisco muestra el respeto por la naturaleza y los animales, los astros, el fuego, todo su mundo, hasta el no terrenal, hace aclamo de su profunda fe y su amor a Dios hermanándose con el mundo y con todas sus criaturas. Así pues, nuestros colegios Capuchinos celebran con orgullo el 800 aniversario de la composición del Cántico de las Criaturas
El mundo entero, no es solamente creado por Dios, sino reflejo de Dios, es digno de amor, y al amar la creación, el hombre manifiesta su amor por Dios.
El poder de pintar en grupo
Pintar en grupo es una experiencia transformadora que trasciende la mera creación de una obra visual. Este proceso fomenta valores esenciales como la cooperación, el respeto mutuo y la empatía. En una actividad como la que hemos realizado con el mural, los alumnos no solo se enfrentan a retos creativos individuales, sino también a desafíos colectivos que les permiten desarrollar habilidades sociales y emocionales cruciales. Cada diminuta pincelada llena de amor y con el corazón lleno de alegría e ilusión han creado la gran Creación más bella creada para ser contemplada por toda la familia capuchina que envuelve a nuestro Colegio San Buenaventura dentro y fuera de sus antiguos muros.
La creación de un mural es, por naturaleza, un proyecto colectivo.
Los alumnos deben negociar espacios, tiempos y responsabilidades. Cada uno aporta su perspectiva, pero, a su vez, debe aprender a integrarla en la visión conjunta del grupo. Este equilibrio entre la individualidad y el trabajo en equipo es una metáfora visual del mensaje central del Cántico de las Criaturas, que nos invita a reconocer y celebrar la interdependencia de todas las criaturas en la creación. Los estudiantes, al igual que los elementos del cántico, forman parte de un todo mayor, y juntos, sus esfuerzos dan como resultado una obra unificada y significativa.
Análisis de la composición
En arte, cuando un artista se enfrenta al vacío de un lienzo en blanco se llama “horror vacui”, lo que quiere decir, “horror al vacío”. ¿Qué crear de la nada para cuando sea contemplado por el espectador conmueva?. La música sirvió de gran ayuda. Los elementos poco a poco, como si estuviesen animados y llenos de vida, se iban colocando en su lugar.
El gran árbol, el protagonista central de esta hermosa composición, brotaba del suelo, y su robusto tronco se iba ensanchando y engrosando a medida que sus ramas tocaban lo más alto. El símbolo franciscano de la Tau, nace de la materia más noble, humilde y antigua: la madera. El árbol, como elemento central, representa en el sentido más amplio, la vida del cosmos, su densidad, crecimiento, proliferación, generación y regeneración. Como vida inagotable equivale a inmortalidad que recuerda a la vida eterna de nuestro Señor Jesucristo, y por tanto, nuestro San Francisco de Asís. El árbol genera oxígeno, fundamental para todas las criaturas y seres, así como da cobijo a los animales y materia prima al hombre, da sombra en los días intensamente estivales y da fruto y sustento tanto a los hombres como a los animales, sin ellos, el mundo no sería posible.
Por un lado, a la derecha de la composición se observa el alegre hermano sol, acompañando al bravo mar. Estas aguas saladas representa a la hermana agua en todos sus estados. Ambos elementos representan el día con el simpático y alegre sol, que cada mañana nos sonríe y nos da luz y calor, e ilumina la superficie de las aguas de nuestro hermano mundo, reflejando intermitentes destellos plateados que juegan a esconderse en cada movimiento de la hermana agua.
Por otro lado, a la izquierda, la noche, la hermosa y coqueta hermana luna, donde el vigoroso y fuerte fuego arde para dar calor y luz al momento más oscuro de la jornada, decorado por las brillantes y querubines estrellas formadas claras, preciosas y bellas.
No olvidar que nada sería posible sin la hermana tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas. Estas infantes y rojas flores han tomado su peculiar forma con las manos más inocentes y pequeñitas de nuestro colegio, con nuestros pequeños alumnos de la escuela infantil.
La inspiración de San Francisco de Asís: Unidad y fraternidad
El Cántico de las Criaturas es una obra de profunda espiritualidad, en la que San Francisco expresa su reverencia y agradecimiento por todas las formas de vida, desde el sol y la luna hasta el viento y el agua, reconociéndolos como hermanos y hermanas en un sentido universal. Esta visión franciscana de la fraternidad cósmica conecta directamente con el proceso de pintar en grupo. Tal como San Francisco ve a la creación como una comunidad de seres interrelacionados, nuestros alumnos experimentaron la importancia de trabajar juntos como parte de una misma comunidad artística.
A través de la pintura, los alumnos pudieron experimentar la belleza de colaborar, de ser parte de un ecosistema humano donde cada persona contribuye con sus talentos y perspectivas. Al igual que en el Cántico de las Criaturas, donde cada elemento tiene su lugar único y necesario en el orden de la creación, cada estudiante se sintió valorado y respetado en el proceso de creación del mural. Esta sensación de pertenencia y colaboración fomenta en los alumnos una autoestima positiva y una actitud abierta hacia los demás.
Beneficios emocionales y educativos
Pintar en grupo tiene múltiples beneficios, tanto a nivel emocional como educativo. En primer lugar, se potencia la comunicación entre los estudiantes. Al tener que discutir ideas, plantear soluciones y coordinar sus acciones, desarrollan habilidades de escucha activa y empatía. El diálogo que surge durante la creación artística ayuda a resolver conflictos de manera pacífica, una competencia social fundamental.
Además, el trabajo en equipo refuerza la responsabilidad compartida. Cada estudiante tiene un rol en el mural y, aunque puede parecer que sus contribuciones individuales son pequeñas, cada trazo es esencial para la obra final. Esta realización fomenta un sentido de orgullo y logro colectivo, algo que va más allá de la satisfacción personal.
El mural también actúa como un espejo del crecimiento emocional de los estudiantes. La satisfacción de ver cómo una idea abstracta se materializa en una obra concreta fortalece la confianza en sus capacidades creativas. Ver su propio trabajo como parte de una obra mayor les enseña sobre el valor del esfuerzo compartido y la importancia de contribuir al bien común.
La lección de San Francisco: Una enseñanza para la vida
El proceso de pintar en grupo, inspirado por el Cántico de las Criaturas, ofrece una enseñanza de vida que trasciende el aula de arte. San Francisco de Asís nos invita a mirar más allá de nosotros mismos y reconocer que somos parte de un todo mayor. Esta lección es vital en la sociedad actual, donde muchas veces se valora más la competencia individual que la cooperación. Al pintar juntos, los estudiantes aprenden que, al igual que en la creación de Dios, cada uno tiene un papel único pero interconectado.
Así como San Francisco celebra la armonía de la creación, nuestros estudiantes, a través del arte, pudieron experimentar esa misma armonía en sus interacciones. La creación del mural se convirtió en un espacio donde la diversidad de ideas y habilidades no solo fue aceptada, sino celebrada. Este es el verdadero valor de pintar en grupo: un espacio donde cada persona puede brillar individualmente, pero siempre en relación con los demás.
Conclusión
La experiencia de pintar un mural del Cántico de las Criaturas fue un viaje que no solo dejó una hermosa obra de arte, sino también una lección duradera sobre el poder de la cooperación y la importancia de la comunidad. Al igual que San Francisco de Asís nos invita a ver el mundo como una familia de seres interconectados, nuestros estudiantes aprendieron a trabajar juntos, respetarse mutuamente y valorar la belleza del esfuerzo colectivo.
El arte en grupo no solo tiene el poder de embellecer los espacios, sino también de fortalecer los lazos entre las personas. Siguiendo el ejemplo de San Francisco, debemos seguir fomentando actividades que celebren la fraternidad y la colaboración, pues en ellas encontramos no solo la verdadera esencia del arte, sino también la esencia de nuestra humanidad compartida.
Artículo redactado por Elena Piñar Toro. Maestra de Educación Primaria del Colegio San Buenaventura Capuchinos de Murcia.