El pasado mes de septiembre de 2021, los Hermanos Capuchinos dejaron la fraternidad de Santander. La noticia supuso un impacto en el entorno de la ciudad, donde el cariño de la gente hacia los frailes de San Antonio se manifestó por medio de innumerables muestras de aprecio. Momentos muy emotivos llenaron los días de septiembre y especialmente durante las últimas misas que se celebraron.
En el colegio San Antonio (Hnos. Capuchinos), que se encuentra en la calle posterior de la iglesia, nos ha conmocionado esta noticia y para nosotros ha sido un punto de inflexión en la historia de nuestro centro, ya que el Padre Miguel Fuente dejó de ser el director general después de décadas al frente.
Comprendemos ahora que nos ha dejado como legado un colegio que es un reflejo de sí mismo, de su modo de ser y de su profunda convicción Franciscana Capuchina:
- - Su discreción, humildad y modestia, evitando cualquier reconocimiento y pasando desapercibido pese a ser imprescindible, hicieron del colegio un centro que avanza sin grandes titulares, pero trabajando duro con los alumnos más difíciles.
- - Su vocación de ayuda a los más necesitados nos ha transformado en un lugar donde ofrecer una mano tendida a los que más lo necesitan.
- - Su “pobreza capuchina” nos ha permitido ser un centro modesto que gestiona con una extraordinaria eficacia los recursos de los que disponemos.
- -Su profunda religiosidad, cuando nos contaba casi en secreto los “pequeños milagros de San Antonio”. Ese cúmulo de historias discretas del convento y del colegio que no trascendían, pero solucionaban muchos problemas y situaciones complejas. Todo esto nos permite seguir viviendo ese carisma si nos mantenemos con los ojos bien abiertos.
Todos sentimos un vacío muy grande desde que no está. No hemos sido realmente conscientes de la magnitud de su labor hasta que hemos vivido su ausencia, y no solo en lo práctico, sino también en lo espiritual. Desde la sombra, sin molestar, de puntillas, sabía perfectamente el ambiente que se respiraba en el colegio y actuaba cuando tenía que hacerlo. Se ha ido el Director General y antiguo profesor del Colegio San Antonio y nos ha dejado sin administrador, sin consejero, sin confidente, sin bedel, sin decorador, sin recadista, sin confesor, sin un gran compañero, sin una gran persona… sin un amigo.
Santander se ha quedado sin su misa de las tardes. Se ha quedado sin un fraile que, si le encontrabas en el entorno del colegio o paseando por esta ciudad que acabó queriendo, siempre le veías saludando a los vecinos, a los fieles, a antiguos alumnos, a las familias… a tanta gente con la que ha tratado y ayudado tras 47 años de vida en la ciudad.
San Antonio nació en Lisboa pero es conocido como “de Padua”. Miguel, nacido en Nogarejas, ya es para todos nosotros: Miguel de Santander.
Fdo: Tus compañeros del colegio San Antonio